La producción de tinte para el cabello, que incluye coloraciones permanentes, semi-permanentes y temporales, es un proceso meticuloso que requiere la mezcla precisa de varios componentes. Esta operación utiliza equipos como mezcladores, homogeneizadores, reactores y centrifugadoras, junto con otras maquinarias especializadas.
El camino hacia un producto de tinte para el cabello terminado comienza con la selección de ingredientes adecuados para lograr el tono deseado. Estos componentes se mezclan luego en un mezclador para lograr una consistencia uniforme. A continuación, la mezcla se somete a altas presiones y fuerzas de corte en un homogeneizador para garantizar la distribución uniforme de las partículas. La mezcla luego se mueve a un reactor donde se calienta y se agita hasta que alcanza la consistencia necesaria. El último paso implica pasar la mezcla a través de una centrifugadora para separar cualquier impureza antes de empaquetar el producto para el mercado.